“Manos creadoras”
Se despierta la ciudad,
tras los muros
cada humano asume un rol,
y escalando entrañas,
incursiona en la cornisa
de nuevos desafíos.
Late un corazón
-es el escultor y su obra-
tallando, esculpiendo la piedra;
la figura casi humana
cobra dimensión…
sólo le falta el soplo de vida.
El artista observa su creación
¡es magnífica! –dice en su interior-
y acercándose más
exhala sobre ella…
abre los ojos, respira;
mientras un nombre se oye por primera vez.
Cae la tarde,
la noche asoma sigilosa
y la tarea da paso al descanso;
mas, en un rincón
la inspiración renace en el Creador
deleitando el fuego eterno de la Vida.