En la transparencia
de esta tarde,
un acompasado palpitar
teje el regreso
de tenues mariposas.
Y un dejo de espesura
adormecida
en tu fragancia audaz
es la almohada que acuna
mis verdes palomas.
Bébese el polvo acurrucado
en el aliento de mis horas,
mientras conspiran
púrpuras letargos
y rasguño de estrellas
siembra los surcos
de anhelados bosques.
Sobre mi pecho
cobíjanse susurros
de primaveras desflecadas
abrazando recuerdos
de escarcha y arena;
sin olvidar
el viento-caricia
sobre tus doradas mejillas.
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