En la noche silente
me
cobija el perfume de tus alas
y sobre un azul de curiosa luna
juegan mariposas
estelares,
destejiendo un
sendero malherido
de grises espejismos.
Huellas que anidan
en la tierra preciosa de los
sueños,
hilan versos de sol y
primavera
germinando en el seno
inmemorial
de un arcoíris de luz
que enciende, de rosas y mar,
este velo.
Mientras, mágico génesis
en
el calendario de mis horas
dibuja el vuelo inmaculado
de aquel ave
ancestral
que desnuda
sus latidos
en el balcón de mis fantasmas.